miércoles, 7 de marzo de 2012

Aprender, crecer.

En los pocos años que tengo, en tan solo 17 años, aprendí a no sufrir, a no llorar de forma desesperada, por las cosas que no lo merecen.
Aprendí que merece todo de mi aquella persona que me hizo feliz, que intento hacerme feliz, que me amo como soy, que me acepto como soy.
Aprendí que no debo sufrir por una persona que no quiere estar conmigo.
Aprendí que todo tiene remedio, menos la muerte.
Aprendí que las personas que realmente se quisieron quedar a mi lado la reman día a día por más que haya otras que digan que no valgo la pena.
Aprendí que no siempre tengo la razón, también aprendí a escuchar hasta que me hagan entender que las cosas no son así.
Aprendí que si me agredís es porque el problema lo tenes vos, con tu persona. Y por eso no me tengo que sentir mal.
Aprendí que los amigos pueden durar meses, años, o para toda la vida. Que por más de lo que duren en su momento fueron amigos.
Aprendí que tengo que valorar las cosas.
Aprendí que siempre hay que pedir perdón porque no sabes si va a haber un mañana.
Aprendí que nadie es perfecto, que todos hacen mal en algún momento, como yo.
Aprendí que las cosas más importantes en la vida son aquellas que no se compran.
Aprendí que todo el mundo critica, como yo, pero no lo dicen, son unos caretas.
Aprendí mil cosas más, pero solo esas son las que se me pasaron AHORA por la cabeza.

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